martes, 25 de marzo de 2008

Etapa 8 - Pueyo de Fañanás - Huesca


El día de vuelta el tramito de vuelta es prácticamente de bajada. Es un poco más de media mañana, completado de la macroetapa de hace 10 años con final en Huesca. La tranquilidad de la mañana fresco, la seguridad del nuevo camino en las anteriores etapas, ya mejor marcado, y la convicción del final cercano por el momento ayudaron y mucho a terminar este tramillo.
Carretera hasta Fañanás con una fuente emblemátca ahora seca, y tramos tranquilos y apacibles de paso hacia Ola, punto de descanso como una de tantas cruces del camino nos indican.

Y allí, otro de los caminos que me hicieron perder. Esa vista de Huesca y esa falta de señalización no me llevaron hacia Tierz. Esta vez, me di cuenta que pocos metros hacia la derecha estaba el terreno marcado para bajar por un circuito de motocross hacia la tranquila Tierz.


Y de allí a Huesca, tranquilidad y muchas marcas, sin carretera, solo caminos hacia el acceso a una zona deportiva que rápidamente te lleva al centro.




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lunes, 24 de marzo de 2008

Etapa 7 - Monzon - Pueyo de Fañanás

La leyenda del Somontano strikes back


Hace 10 años hice una etapa parecida, 15 kilometros más o 15 kilómetros menos. Se subtituló La leyenda del Somontano porque ha sido, hasta la fecha, la etapa en que peor lo he pasado. Todo por aprovechar alojamiento en Huesca que, por esos tiempos en San Lorenzo iba a estar imposible si me pateaba el Somontano en 2 días en lugar de en uno.

Nunca mais, siempre me digo, pero siempre acabas subiendo a Montserrat. Y esta vez que me vi allí delante, que tenía cobertura bessona por si las moscas, y que no soy el de hace una década pero no acabo de convencerme de ello, me planteé un hora a hora para ver hasta donde llegaba, y esperar yo a la bessona en lugar de ella a mi...


Supongo que se retrasó para mi orgullo, pero llegar hasta donde llegué a mi edad y en las condiciones del día, fue para sentirme satisfecho.

La salida de Monzón, la de siempre, pero sin encontrar las flechas por las calles. Total, plano de la ciudad y la intuición o el subconsciente histórico me llevó hacia el puente: ese único paso de cruce que, efectivamente, marcaba flechas para los peegrinos que no quieren cruzar a nado el Cinca.


Alguna carreterilla, pero mayoritariamente camino de campo de cultivo, entre regadíos y canales, por donde se explica alguna del agua que ya no llena los embalses. recordaba mucho más trigo hace 10 años... Ya de lejos, demasiado lejos, ves Berbegal al fondo.






Selgua e Ilche son las dos paradas obligatorias de antes de Berbegal, pueblos de paso que te descansan y te refrescan, y te guarecen un poco del intenso viento que me acaompaña en esta y en el resto de etapas de este tramo.


Además, el tramo descampado, solo interrumpido por la escalada a Berbegal, no es más que un impulso a ese aire, que para más narices, solo se le ocurrió mantener siempre la misma dirección, la de mi contra. Seguro que si en al principio elijo el otro campo me hubiera cambiado el viento.


La señalización existe y es buena, pero la necesitas solo para elegir el camino correcto y no ir por otro, que seguro también te acaba llevando. Además, confío en la experiencia peregrina de los marcadores, que seguro marcan un mejor camino, aunque solo te ahorres 5 metros.


Subimos hasta Berbegal, territorio Colom, y allí, junto a un excelente bocata de jamón y queso, nos tomamos a la salud de la familia de allí originaria la Coke of the day. Esta vez, no pregunté por familiares suyos. Y no hubiera tenido mucha respuesta del camarero eslavo que servía en el bar. O tal vez sí, que con esto de la globalización, nunca digas...


Y despues de Berbegal, La Cuadrada y rumbo a Pertusa transitando por campos y más campos afrontando ese viento de cara que nunca paró.




Yo no soy excursionista de alta montaña, y supongo que allí, las condiciones son mucho peores, pero ante la ausencia de temperaturas elevadas en marzo, la leyenda del Somontano vino a mi en forma de Eolo en lugar de Apolo(?). Parada en La Cuadrada, mas que para refresco, para descansar mis orejas y mis pelos del eterno compañero.


Ya en Pertusa se acaba ese llano de campo, y te toca un tramo de carretera hasta Antillón. Pertusa es el eterno lugar de parada, que siempre planeas tras pasar de los 30 (kilometros) pero que nunca te pilla tan mal como para dejarlo alli. Total, la bessona aún estaba comiendo y un par de horas fijo me daban de tiempo antes del reencuentro, asñi que parar lo justo, localizar flechas por la carretera y un horita de camino hasta Antillón. Este pueblecito entrañable era un lugar peligrosamente recordado, pues de la etapa de hace 10 años, fue la zona de mayor pérdida: de tiempo, kilómetros, energía, moral.


"No cometeré el error de bajar antes de tiempo"


Subidilla hasta la "carena". Y caminillo por entre árboles, con caminos trampa hacia pueblos divisado allí abajo. No bajaré antes de tiempo. Paciencia y camino. Creo intuir donde me bajé hace 10 años. Me lo paso. Acabo de salvar un par de kilómetros de asfalto extra. Aparece un flecha indicando Blecua. La paso. Otro par de kilómetros menos. Al fin. una señal clara como una flecha amarilla me dice que para abajo. Salvados.



Alegre bajada. Esto me lleva a la carretera en un santiamén y ya estamos en Pueyo. Primera afirmación correcta. La segunda, algo dudosa. Entras en la carretera, miras hacia atrás y Blecua no queda tan lejos, y miras hacia adelante y Pueyo no se ve. Por cierto, hace viento...








Y poco más que describir de la etapa. La etapa del viento. De principio a fin. A velocidad que unos cuantos kilómetros más allá obligó a cerrar parques. La carretera, con sus subidas y sus bajadas que te engañan escondiendo el pueblo. Pero al final llega, y llega antes el peregrino que la bessona. Por poco. El tiempo justo para disfrutar con la hospitalidad de la gente de Pueyo de Fañanás, y con posibilidad de albergue, aunque no fue aprovechado.






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Etapa 6 - Alfarrás - Monzón

Primero de todo decir que no busqueis en el mapa de Google Maps el trazado exacto. Entre mi memoria y la cantidad de caminitos de esta etapa, la verdad es que me ha sido imposible ser más preciso. Y es que en una etapa de más de 30 kms. seguir flechas es lo que hay que hacer y olvidarse de por donde caminamos en lo que hace referencia a trazado.

Y no me quejo, porque donde no había una flecha, había un retroceso de menos de 100 metros, y eso es un éxito, tras experiencias anteriores.

El trayecto es muy apacible. Sales de un Alfarrás de carretera nacional, pero te subes a una pequeña meseta desde la que ves media franja y casi que el resto de camino hasta Tamarite.


Entre campos y campos de arboles y regadíos, menos frondosos de lo que recordaba, y con una ermita de Sant Roc ya aproximandote a la primera parada. Punto de reencuentro hace 10 años en forma de mensaje, con aquel ciclista que ya me estaba dejando atras.



Tamarite respira Camino de Santiago. Desde la primera marca en el campo de futbol hasta la última fuera de sus límites:


Todo marcado y sin posibilidad de pérdida. Bueno, sí que te pierdes por entre sus calles para hacer el bocata de la mañana y la Coke of the Day, dedicada esta vez a Don Luis Perat, famoso peregrino de la villa que me acogío allí de manera excepcional.

La salida, también en pendiente, es novedosa por la construcción de un pequeño polígono industrial, pero enseguida cazas la carretera caminito de Monzon, larga, sin ninguna población en la que buscar excusa y pararse. Consuela la poca carretera que pisas, pero el tramillo hasta cruzar la vía del tren se hace largo y caluroso, con la inevitable brisa que, molestar molesta pero no te deja acabar empapado de sudor.

Y en Monzon, tradicionalista que es uno, volvimos al mismo dos estrellas que nos había acogido 10 años atras. Curiosamente, me preguntaron si había estado allí antes. Ante la respuesta de "hace 10 años menos 4 meses" declinaron consultar en el PC por si estaba mi ficha. Descanso con un partido de los que te indeciden: Hospi - Espanyol B, catedral, provisiones, cena, y preparación para la gran etapa del Somontano.


sábado, 22 de marzo de 2008

Etapa 5 - Linyola - Alfarràs

Con el inestimable soporte de la familía de la Segarra, la bessona y yo nos plantamos en Linyola a primera hora de la mañana en la casilla de salida del día.

Sopla brisilla camino de Balaguer, por tierra, largo y al sol. Diez kilómetros que se alargan un par más aunque no lo parezca, y nada lo acorta. Campos, granjas, canales...



Finalmente, llegamos a Balaguer, festivo y de mercado, y en su plaza nos cae el bocata y el descanso merecido.

Salimos por la pate alta de las murallas, evitando las carreteras principales y surcando los caminos, hacia un las dos localidades intermedias que nos descansarán el camino. La primera es Castelló de Farfanya (bonito pueblo, si señor, dije tiempo atras) y creo que ya toca ver la imagen.




Y si seguimos en ese link y vemos la siguiente foto, buscamos en un lugar de la memoria al amigo Pere, al que dedicamos la Coke of the day en Algerri, un personaje digno de recuerdo en el Camino del 98, cuya compañía disfrute y me ayudó a llevar estas etapas.



La memoria me indicó la gasolinera, pero me falló la orientación, 10 años despues...

Y de allí, al fin de etapa de Alfarrás, más larga la llegada de lo esperado, vueltas alrededor del canal y tramo final de carretera, pero llegada y descanso al fin.

sábado, 15 de marzo de 2008

Etapa 4 - Cervera - Linyola

Esta etapa viene sin prólogo, porque salió casi de la nada. De pronto, un acercamiento a la zona, unas horas libres, y el objetivo de avanzar.

Así que nos salimos de Cervera, donde lo dejamos. La bajada nos lleva a una ermita abandonada que marca el camino a seguir hacia Tárrega, con poco asfalto y muy apacible. Siguen las marcas de todo tipo que hace imposible la pérdida.




No podemos decir lo mismo en Tárrega. Si bien localizamos sin dificultad la generosa marca que nos indica el desvío: ¿Desvío? Pues sí. Tárrega marca la separación entre el camino por Zaragoza o el camino por Huesca. Alguna vuelta le ha dado el coco a ir por uno u otro lado. Al final, eso de volver por donde fui ha ganado a la curiosidad de los Monegros...

Pero la Renfe anda de obras y adivinar allí el camino me ha costado alguna vuelta. Eso sí cuando te das cuenta que Sant Pelegrí no te va a llevar hacia Santiago, y sí lo va a hacer els amics dels arbres (toma intuición de peregrino para elegir calles) entras en un camino sin asfalto, con mucho silencio de sábado por la mañana y pocas interrupciones en tu Camino hacia Tornabous. Despues, muy seguidos y seguro que dejandome alguno, La Fuliola, Boldú, El Tarrós y el emblemático Castell del Remei. En el mapa que luego meto seguro que están en orden y no me salto ninguno.

Y de allí a Linyola, la eterna llegada: ves Linyola desde que sales de Castell del Remei, pero no llegas hasta una hora despues: siempre a lo lejos hasta que de pronto allí te la encuentras.

Y el siguiente paso era Balaguer, pero los horarios no nos permitieron arriesgarnos a 10 km. sin ningún contacto por carretera, así que decidimos dejarlo para la siguente etapa, que tampoco hay que hacer esto contrarreloj....

Coke of the day: En Tornabous, con unas Tuc para reponernos. Inauguramos este pequeño espacio para confirma la ya conocida leyenda que, a base de Isostar i Cokes, uno puede llegar a Santiago. No lo pienso comprobar... Y la primera va a la salud de Artane, que provocó la salida al aire de este espacio.