Con el inestimable soporte de la familía de la Segarra, la bessona y yo nos plantamos en Linyola a primera hora de la mañana en la casilla de salida del día.
Sopla brisilla camino de Balaguer, por tierra, largo y al sol. Diez kilómetros que se alargan un par más aunque no lo parezca, y nada lo acorta. Campos, granjas, canales...
Finalmente, llegamos a Balaguer, festivo y de mercado, y en su plaza nos cae el bocata y el descanso merecido.
Salimos por la pate alta de las murallas, evitando las carreteras principales y surcando los caminos, hacia un las dos localidades intermedias que nos descansarán el camino. La primera es Castelló de Farfanya (bonito pueblo, si señor, dije tiempo atras) y creo que ya toca ver la imagen.
Y si seguimos en ese link y vemos la siguiente foto, buscamos en un lugar de la memoria al amigo Pere, al que dedicamos la Coke of the day en Algerri, un personaje digno de recuerdo en el Camino del 98, cuya compañía disfrute y me ayudó a llevar estas etapas.
Y de allí, al fin de etapa de Alfarrás, más larga la llegada de lo esperado, vueltas alrededor del canal y tramo final de carretera, pero llegada y descanso al fin.
1 comentario:
Ya te has comido Catalunya, crack. No creo que nadie dude de que, diez años después, lo vas a volver a conseguir.
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