El fresco matutino de los montes empieza a hacerse notar por las mañanas, algo que uno echa de menos en las horas de más sol. A nuestro clásico buen ritmo apuramos los últimos kilómetros de convivencia con Ronald y Javier. Inicialmente es un descenso por el monte, que nos deja en carreteras poco transitadas, por las que nos acercamos a las villas de Ages y de Atapuerca, famosa por su "Hombre de". Allí nos espera una colina (Uno ya se abstiene de utilizar palabras como pronunciada o costosa por temos a que los compeñeros de peregrinación se te cachondeen) que atravesamos para de nuevo enfilar carreteras que nos enseñan pueblos como Orbaneja, ya cercanos a Burgos y poblados con chalets a ambos lados de la carretera. Posteriormente, las carreteras van creciendo para acabar desembocando en la Nacional a la altura de Villafría.
El tramo de Nacional es también un clásico del Camino: Una carretera llena de coches y camiones por la que vas tragando humo durante más de una hora, porque también la entrada a Burgos a través del barrio de Gamonal es una continuación de asfalto y automóviles a la que ahora se incorporan los burgaleses en sus aceras, que te miran con cara de estos-peregrinos-que-no-se-acaban-nunca. Finalmente, llegas a la Catedral, en cuya plaza este año pudimos ser testigos del inicio de una de las etapas de la Vuelta a Burgos, algo curioso para el amigo Javier, ciclista de pro reconvertido a peregrino a pie, que justo donde termina su Camino ve empezar una Vuelta Ciclista. En Burgos también se queda Ronald, y es que el brasilero es de los que le gusta de vez en cuando una buena pausa en un buen Hotel... Ya lo veremos más adelante.
Y despues de las cervezas de rigor de despedida, uno continua con su camino, que como en otras ocasiones, te gustaría ralentizar un poco, pero cada uno tiene su camino por delante, y el mio me llevaba hoy a Tardajos. La llegada bajo el sol a primera hora de la tarde no resulta de las más duras, aunque el paseo por entre cereales te empieza a preparar para lo que se avecina al día siguiente. En el Albergue, tras recuperar fuerzas y hacer la limpieza de rigor, uno se queda frito durante más de 3 horas. La verdad es que tener todo el Albergue para uno solo (aunque sea pequeño) permite un descanso que supongo necesitaba. El ser el único peregrino te permite compartir una buena charla sobre el camino y sus alrededores con una de las mejores Hospitaleras que te puedes encontrar por estas tierras. No dudes en quedarte en Tardajos si tu Camino te deja por allí.
I was up before the dawn
And I really have enjoyed my stay
But I must be moving on"
Una jornada triste por la despedida de mis compañeros de andanzas, dura por el paso de Burgos, de lo más complicado del Camino, y reconfortante por evitar la masificación de un Albergue en Burgos por otro en Tardajos mucho más tranquilo. Y allí, un nuevo personaje del camino por el que vale la pena parar, y después seguir adelante. No se olvida diez años despues a esa gran gente que te ayudó a seguir caminando.
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