Y al noveno día descansó otra vez el peregrino. Una nueva y necesaria etapa de descanso (¿De dónde dices que saliste?). A pesar de que no fue de las más cortas en kilómetros, sí fue un descanso psicológico importante. Por la mañana, paseo y compras por Huesca, donde todos ya preparaban las fiestas que se les avecinaban. Habrá que volver un año por estas fechas sin el chip de peregrino.
Esta etapa y la siguiente no son muy académicas peregrinamente hablando, puesto que se hicieron prácticamente en su totalidad por carretera, pero el objetivo era conectar con el Camino Aragonés en dos días y evitar nuevas versiones del Toi Perdio, que ya me estaban colgando más que el Windows 95. Así que al mediodia se abandona Huesca por la Nacional rumbo a Ayerbe, pasando por Esquedas; bueno, más que por Esquedas, por su gasolinera (el mejor amigo del peregrino en carretera: bebidas frescas, lavabos,.... ), y eso que el restaurante de al lado hacia una pinta.... Pero tras la parada de rigor en la gasolinera caminas hacia Plasencia del Monte, y allí evitar durante algo más de una hora el sol castigador: ya se sabe, una buena fuente y una buena sombra para extender la esterilla.
La carretera no es el habitat natural del peregrino, pero tiene sus alicientes: la moral que te inyectan algunos conductores, sobre todo la gente de la Cruz Roja, que te saluda todo lo efusivamente que pueden desde sus coches blancos. El peregrino agradece mucho esas muestras de apoyo en cualquier lugar de su camino. A veces, sin embargo, también te encuentras con algún gracioso (eso fue camino de Berdum) que añade a la mofa algún famoso gesto con los deditos: los pensamientos, palabras, obras y omisiones del momento no son reproducibles....
Antes de la llegada a Ayerbe uno tiene la novedad de empezar a topar con nuevos peregrinos, todos ciclistas, que buscaban conectar rapidamente con el Camino Aragonés. Bastante más frescos y con esa moral que se tiene en las primeras etapas. Uno que ya lleva sus días, ya se mira todo de otra forma: con la piel pelada con el sol, con las primeras molestias musculares, y con un tobillo algo tocado, aprovecha Ayerbe para descansar, y para empezar a subir el ánimo ante la proximidad del Camino Aragonés.
" Hey man I'm alive I'm takin' each day and night at a time
Yeah I'm down, but I know I'll get by
Hey hey hey hey, man gotta live my life
Like I ain't got nothin' but this roll of the dice
I'm feelin' like a Monday, but someday I'll be Saturday night. "
La calma tras la tormenta. Tocado por la etapa anterior y sobre todo muy quemado por los continuos despistes del Camino, me decido a tirar por carretera hasta pillar el camino aragones. Filosofía durante el trayecto, excelenta acogida en Ayerbe. Buen lugar para relamerse las heridas.
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