No hay nada como el buen tiempo para salir con alegría tras el remojón del día (mejor dicho, remojón del Camino) anterior. Cuando dejas Igualada, te paseas por una urbanización junto a la Ermita de San Jaume de Ses Oliveres, zona que viene a ser como el Pedralbes Barcelonés. Siguiendo marcas y caminitos vas pasando por Sant Genis dels Segudells y por Jorba. Durante todo este recorrido tenemos la compañía de la N-II y sus camiones. A veces en la misma carretera, a veces un poco por fuera. Y así llega un momento en que a través de la carretera vieja iras subiendo hacia La Panadella, primero pasando por Vilanova del Camí, despues por Porquerisses, ya con un poco de subida hecha.
La Panadella
no debe asustar a un caminante que algun día antes se sube a Montserrat. Antes de llegar, el último pueblo es Montmaneu, con una de esas fuentes que tanto agradece el peregrino. A partir de allí, carretera hasta el clásico Hotel Bayona. Cruzamos y se inicia el agradable y fresco descenso, que no es duro en los inicios, pero antes de divisar Cervera aparece una pequeña sierra en la que ya pesan los kilómetros, sobre todo si encima te confundes de pueblo. (Consejo gratuito: Además de unos apuntes de por donde van las flechas, bueno es consultar un mapa para situar visualmente pueblos como Sant Pere dels Arquells, para no confundirlo con Rubinat) (Toi Perdio v2.0).Por fortuna, por allí pasa un GR que te lleva a los pies de Cervera. Antes, pasamos por un refugio de cazadores, interesante para otear el paisaje y el nada despreciable tramo que te queda por disfrutar al sol. El colofón es la llegada en cuesta para alcanzar Cervera. Allí, la gente de Cáritas te proporciona alojamiento.... Por cuestiones morales, uno decidió irse a dormir a un Hostal.
Ya hemos dejado atrás la Panadella y nos metemos en la Terra Ferma
"Quien te ha visto amigo y quien te ve
¿Cómo te va la vida? A mi me ha ido bien.
Tan lejano el paraiso aque.l
Estoy acostumbrado a vivir al este del Edén"
Más allá de la etapa de recuperación, quien me iba a decir que me acabaría casando en la ermita de Sesoliveres, y celebrarlo allí con todos mis allegados nueve años despues... He visto cosas más curiosas en el Camino, pero ésta tampoco se queda atras... Y no hubo promesas de esas, no.
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