Salida nocturna (algo antes de las 7:00) de Astorga que se preveía solitaria, hasta que a 200 metros de la salida te topas con Jon, un alavés con problemas físicos superados y ganas de recuperar terreno: el compañero ideal para estos trayectos. Ya existe acuerdo en llegar a El Acebo; uno tenía sus dudas pero se quedó convencido al conocer la existencia de infraestructura en ese lugar. El paso en los primeros kilómetros es fuerte y agradable, aunque mucho terreno levantado debido a la famosa Autovía del Camino. Ayudados por una primera parada para recuperar fuerzas en Santa Catalina de Somoza, se llega a Rabanal, donde muchos se detienen, y otros pocos nos lanzamos al asalto de la Cruz de Ferro, donde no hay que olvidar cargar las piedrecitas que dejarás al pie de la cruz, como tantos peregrinos hicieron antes. Tampoco hay que olvidar el paso por el famoso Foncebadón, pueblo que se dice abandonado, pero en el que siempre encuentras habitantes, que se están animando a recuperar la belleza de la zona.
Antes de tirar las piedrecitas ...
Tras recuperar fuerzas en la pequeña ermita junto a la Cruz, nos tragamos uno de los trozos olvidados del Camino: todo el mundo te habla de Cebreiro, Mostelares, Cruz de Ferro, pero se olvida del tramo desde la Cruz a Manjarín y del descenso hasta El Acebo. Si alguien se va a meter por esos berenjenales, que se acuerde de estas líneas. El primer tramo, sobre todo si se hace al sol del mediodía, destroza la planta de los pies, que se funden en el asfalto y cansa una vista agradable por el paisaje pero eterna ante los tramos de carretera que te esperan por delante. Para tu fortuna, la plaza militar situada en el pico más alto sólo la divisas desde abajo. Y llega el descenso más duro de todo el Camino (por supuesto, es una opinión personal aunque bastante compartida): Primero, por carretera. Y después, con la excusa de los atajos (es que realmente estas harto de carretera), te hacen bajar un tramo increíblemente empinado, muy propio para las cabras, y muy propenso a rematar meniscos y resto de elementos constituyentes de las rodillas. Sí, acabas muy tocado y con la necesidad de recuperar fuerzas y aliviar dolores. Por fortuna, El Acebo presenta un Albergue pequeño pero confortable, y un par de Fondas donde no puedes pasar sin disfrutar del Botillo: plato típico del Bierzo. Te deja muy preparado para el día siguiente.
Por cierto, aviso para urbanitas como un servidor: No confundais los abrevaderos del ganado con lavadero de ropa: Correis el riesgo de llevaros una merecida bronca del primer ganadero que os pille haciendo la colada !
"If I wait for just a second more
I know I'll forget what I came here for
My head was so full of things to say
But as I open my lips my words slip away
And anyway"
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