Pues esta etapa aparecía como tranquila en comparación con las dos anteriores. Total, solo eran un poquito más de 30 kilómetros, algo bastante superable para este peregrino ya curtido en mil batallas (y kilómetros!). Se sigue caminando por la clásica Galicia de pequeñas carreteras que te llevan a pequeñas aldeas de las que ya es imposible recordar nombres o características típicas. De vez en cuando, cruzar la nacional por carreteras secundarias, algún peregrino madrugador, como los amigos canarios, que parecían llevar aún el reloj de las Islas, y una niebla que se hizo amiga del peregrino en estos últimos amaneceres gallegos.
Nos quedaba alguna que otra pendiente, como la que nos lleva por Castañeda y Rio o la que nos aleja de Ribadixo (posiblemente, uno de los mejores Albergues del mundo), y una larga recta de las que no se ve el final (básicamente por la niebla) para alcanzar Arzua, la última población de las llamadas grandes antes de Santiago. Buen sitio para hacer un repostaje. Por fortuna, la niebla va desapareciendo y el sol empieza a calentar... ¡Quien me iba a decir a mi que agradecería la salida del sol!. Realmente no era una etapa de las duras, y sí una etapa concurrida. Pasado Arzua, vas pasando por poblaciones como Calzada, Salcedo o Santa Irene siempre jugando con la carretera, que poco vas a perder de vista hasta el final.
Más de un Bar-Restaurante pegado a la carretera te ofrecen dos de mis mejores amigos estos días: el bocadilllo y la Coca-Cola; incluso pasan bandeja con empanada, pero lleva pimiento. Quizás has apurado demasiado en comer para recuperate, y has estado cerca (muy cerca) de pillar una pájara. Pero el avituallamiento llega a tiempo, y sin más cambios de paisaje te desvías un pelín del Camino para dejarte caer en Arca y su Albergue. Nunca mejor dicho, porque tras dejar limpio cuerpo y ropa, uno se fundió en una siesta de 3 horas tan profunda, que los amigos Canarios, al verme tan KO en el Albergue, me pasaron la mano por la cara para comprobar si respiraba. Supongo que ya tocaba una buena siesta!
No es la de 3 horas, pero también sentó de fábula.
" Guess I'll always have to be
Living in a fantasy
That's the way it's got to be
From now on
You think I'm crazy I can see
It's you for you, and me for me
Living in a fantasy
From now on"
No tengo en la cabeza (ni ganas ahora mismo) el número de kilómetros de esta etapa, pero la recuerdo dura, ya sea por la proximidad o porque más allá del frescor de la mañana, los caminos gallegos en verano también queman. Está claro que la inesperada pájara a una etapa de la llegada y con mas de 1000km. a las espaldas ayudó a esa dureza. Recuerdo que aquí el problema físico había dejado las piernas para subirse a la espalda con la mochila: una mochila que no era la de los campamentos de la EGB pero tampoco una como la que, 10 años despues, apenas me ha representado problemas.